jueves, 23 de junio de 2011

Niños de los que huir (II)

Llegamos a la segunda entrega de la serie "Niños de los que huir" con dos ejemplares poco recomendables: el niño embaucador y el niño amigo de lo ajeno.



EL NIÑO EMBAUCADOR


Es un absoluto vago pero siempre acaba terminando todas las manualidades. ¿Cómo? Tiene una curiosa habilidad para liar a los demás y que las hagan por él. He tardado un par de semanas en darme cuenta, ocupada como estaba con los vagos y los empachosos. Y como "premio" he prohibido a los demás niños que le ayuden. Cosa que se la trae al pairo, porque sigue liándolos para que le hagan las cosas.


Esta semana hicimos unas escobas voladoras con cartulina y papel crespón. La verdad es que no volaban nada, pero eran muy monas. Una de las niñas trabajadoras terminó de hacer su escoba pronto y le dije que podía decorar el palo con rotuladores o pegarle bandas de papel para que quedara más bonita. Y al rato, después de haber pegado yo al menos doce escobas, la cría vuelve con un palo y un cepillo sueltos.


PROFA: ¿Qué pasa, Lucía? ¿Se te ha roto o estás ayudando a alguien?


LUCÍA: Sí, estoy ayudando a alguien.


PROFA: ¿A quién, si puede saberse?


LUCÍA: Pues... a los compañeros.


PROFA: Aaah. Bueno, pues vamos a esperar un poco y primero pego las escobas de los que vengan con la suya propia. Luego ya empiezo esa.


La niña se va, yo sigo pegando escobas y al rato vuelve.


LUCÍA: ¿Puedes pegarme esta escoba?


PROFA: Espera un poco, que estoy ocupada con otros compañeros.


Ya casi al final de la clase vuelve la niña con el crío embaucador, muy enfadado éste.


NIÑO EMBAUCADOR: ¡Profe, ya te vale! ¡Estás pegando todas las escobas menos la mía!


PROFA: Pero si tú no me has traído ninguna escoba...


NE: ¡Pero te la ha traído Lucía!


PROFA: ¿Y mientras tú qué estabas haciendo?


NE: ¡Nada! ¡Se ha empeñado ella en hacérmela! Así que no tenía nada que hacer...


¡Pero qué jeta!




NIÑO AMIGO DE LO AJENO AKA. NIÑO MANGUI


Un día llegué a clase y vi que encima de la mesa del profe había un sugus de piña y un pompero. Viene un niño (que se hace el tonto de forma magistral) y se pone a remolonear cerca de la mesa.


PROFA: Anda, a tu sitio.


NIÑO: Hay un sugus...


PROFA: Sí, hay un sugus.


NIÑO: Me lo voy a comer.


PROFA: Ni hablar, no es tuyo.


Nos ponemos a hacer la actividad correspondiente y cuando vuelvo a la mesa compruebo que no hay sugus y que el niño en cuestión está deleitándose con el delicioso sabor del caramelillo.


PROFA: ¿Por qué te has comido el caramelo si te dije que no?


NIÑO: Es que tenía hambre.


PROFA: Ya. ¿Y si ese caramelo era de otro niño, qué?


El niño se encoge de hombros y pone cara de "me la toca". Algo así:




Al terminar la actividad vamos a salir de clase y veo al tío tan pancho con el pompero.

PROFA: ¿Eso es tuyo?

NIÑO MANGUI: (silbidos de distracción)

TODOS LOS NIÑOS: ¡No, no es suyo! ¡Es de Nico, que se lo ha dejado hoy en clase!

PROFA: Pues tendrás que dejarlo, porque ya ves que es de Nico. ¿Por qué coges cosas que no son tuyas?

NM: Porque yo no tengo.

PROFA: Pues le dices a tu madre que quieres uno y a ver si hay suerte y te lo compra.

NM: Pero es que yo quiero éste.

PROFA: No va a poder ser. Déjalo donde estaba.

NM: (mirando como las vacas al tren y sin moverse)

PROFA: ¿Quieres que te lo quite yo?

NM: (véase cara unas líneas más arriba)

Le quito el pompero y lo dejo en la mesa. También empiezo a encajar piezas: día sí y día también veía que ese niño cogía libros de la biblioteca de la clase y luego no los devolvía. Al terminar ese día hablo con mi compañera.

PROFA: Tengo un niño mangui.

OTRA PROFA: Y yo también. Jorge.

PROFA: Ironías de la vida, el padre de Jorge es policía.

OTRA PROFA: Pues nada, que lo solucione él. Que luego les vas a los padres con que su niño tiende a coger cosas de otros y te montan el pollo.

PROFA: Amén, compi.

miércoles, 15 de junio de 2011

Dieta blanda

Esta tarde fui a recoger a los niños al patio y me sorprendió que uno de 4 años, que siempre se queda rezagado, estaba allí el primero. El niño en cuestión es de la categoría "niños empachosos", pero hoy estaba, al parecer, bastante espabilado.

NIÑO EMPACHOSO, HOY ESPABILADO: Profe, ¿sabes que estoy con dieta blanda?

PROFA: Vaya, ¿estás malito de la tripa?

NE,HE: Sí, y sólo puedo comer arroz. Pero estoy bien.

Subimos a clase y les doy folios, pinceles y vasitos con zumo de limón para hacer dibujos con "tinta invisible". Al rato, voy pasando por las mesas con mi velita Tindra de IKEA con olor a frutas del bosque, revelando la tinta invisible y resolviendo dudas como:

NIÑA 1: ¿Se puede hacer en casa con zumo de naranja?

NIÑO 1: Yo es que no tengo limones en casa. Bueno, sí, uno medio pocho en el frigorífico, ¿vale ese? (lo cual me confirmó que el medio limón reseco en el fondo de las neveras es una constante universal)

NIÑO 2: ¿Por qué en esa vela hay agua? (se refería a la cera derretida)

NIÑO 3: ¿Por qué huele a tostadas?

NIÑA 2: ¿Qué pasa si toco el fuego?

NIÑA 3: ¿Qué es "cera"?

NIÑO 4: Pues yo no sé cómo hacer esto en casa, porque mi madre ha dejado de fumar y no hay mecheros.

El caso es que llego al niño empachoso, hoy espabilado, y no había hecho NADA.

P: Pero hombre, ¿y tu dibujo?

NE,HE: ¡Que no puedo hacerlo, que estoy con dieta blanda!


ACTUALIZACIÓN 16/06/2011

Los compañeros del niño empachoso deben de estar ya hasta los mismísimos de la dieta blanda.

PROFA: Venga, ahora vamos a jugar a las lechuzas mensajeras.

NIÑO EMPACHOSO: Yo no, que estoy con dieta blanda.

RESTO DE NIÑOS: ¡"Joé" con la dieta blanda! ¡Qué pesao con la dieta blanda! ¡Lleva todo el día sin querer hacer nada! ¡Tío, que con la dieta blanda se puede jugar igual!

La plasta que tiene que llevar dada debe de ser antológica.

martes, 14 de junio de 2011

Niños de los que huir

Hay críos adorables y críos no tan adorables, eso lo sabe todo el mundo. En el grupo que tengo ahora hay muchos de los primeros y algunos de los segundos. Me he permitido el lujo de empezar una serie acerca de niños que pobrecito de ti si te tocan cerca.


EL NIÑO EMPACHOSO

Hará que pierdas toda la paciencia en un tiempo récord. Aunque vayas con la mejor de las intenciones, con una sesión divertidísima preparada, te hayas tomado tres redbulls antes y tengas un buen día porque has comprado un cupón del euromillón que seguro, seguro te va a tocar, el niño empachoso abosorberá toda tu energía en cuestión de segundos. El niño empachoso es reconocible por su tono y cadencia de voz: generalmente pone una voz más aguda que la que usa habitualmente y habla despacio, marcando todas las sílabas y terminando la frase arriba, en interrogante. Así:

N. E.: Proooooofeeeeeee, ¿dóoooondeeeeeeeeeeeeestáaaaaaanmiiiiiisgaaaaaafaaaaaasdeeeeeejaaaaaarriiiiiiipoooootteeeeeeeeer?

PROFA: Las tengo yo guardadas. Como ayer no viniste, te las terminé yo. Están en una bolsa con las demás. Te las daré el último día, cuando hagamos la fiesta de disfraces. Hoy céntrate en terminar tu varita mágica.

Al día siguiente:

N. E.: Proooooofeeeeeee, ¿meeeeeeehaaaaaastraaaaaaíiiiiiiidooooooomiiiiiisgaaaaaafaaaaaasdeeeeeejaaaaaarriiiiiiipoooootteeeeeeeeer?

P: Ya te dije ayer que te las tengo guardadas y que te las daré el último día. Venga, termina tu capa de mago.

Al día siguiente:

N. E.: Proooooofeeeeeee, ¿teeeeeeeehaaaaaaaasaaaaaacoooooordaaaaaaadooooooooodeeeeeeeeetraaaaaaeeeeeeermiiiiiisgaaaaaafaaaaaasdeeeeeejaaaaaarriiiiiiipoooootteeeeeeeeer?

P: Como me lo vuelvas a preguntar un día más, LAS TIRO.

N. E.: Joooooooooooooooooooo, noooooooooolaaaaaaaaaaastiiiiiiiiiireeeeeeeeees.

¡Qué cansancio, por Dios!


EL NIÑO MÁS VAGO QUE LA CHAQUETA'UN GUARDIA

Se va a cansar con cualquier cosa: dar un paso, levantar la mano derecha, pintar una raya, picar con un punzón, recortar... y encima va a tratar de que seas tú, el sufrido profesor, el que le solucione la papeleta. Como muestra un botón: hoy les he dado a todos un folio, una tiza y un montoncito de sal para que la tiñeran. Les he enseñado la "técnica" (ya ves tú) y la mayoría se han lanzado con bastante entusiasmo a la tarea.

P: Que quede bien teñida, que es más bonita cuanto más color tenga.

A los ocho segundos una niña me llama:

NMVQLCUG: Profeeee, ¿me lo haces túuuuuuuu?

P: Ni hablar. Esto es muy fácil. Yo os ayudo a cortar y pegar cosas, pero a esto no, que ya sois mayorcitos.

NMVQLCUG: ¡Joooooooooooooooo! ¡Es que es muy difícil!

P: Venga, qué va a ser difícil. Sigue frotando, como tus compañeros.

A los diez segundos:

NMVQLCUG: ¿Yaaaaaaaaaaaa?

P: Pero si todavía tienes la mitad sin teñir. Mira, aquí hay un montón de sal blanca. Venga, dale a la tiza.

NMVQLCUG: Pero házmelo tuuuuuuu, porfaaaaaaaaaaa.

He de reconocer que con los niños vagos quienes se llevan la peor parte son los niños trabajadores, pero yo ya he pasado la etapa de aprender esas cosas, así que...

P: NiñaTrabajadora, ¿puedes ayudar a NMVQLCUG con su sal?

La niña trabajadora siempre acepta. Es mi salvación.

miércoles, 8 de junio de 2011

La caló

Ahora en junio he cambiado de niños, por suerte. Estoy en el cole de los niños buenos pero con un grupo de críos más pequeños, de 4 a 6 años, entreteniéndoles por las tardes con juegos, manualidades y un poco de inglés, que por cierto les encanta.

Hoy había en el suelo del patio una torre de periódicos ABC, no sé por qué. Antes de subir a clase, cuatro niños de los más pequeños cogen los periódicos y ya en el aula los abren y se ponen a "leerlos" muy atentamente. Comenzamos con la actividad del día (un sombrero de mago de cartulina que les ha costado Dios y ayuda) y al rato, los cuatro del periódico empiezan a quejarse.

NIÑO LECTOR 1: ¡Qué calor!

NIÑO LECTOR 2: Sí, hace muchísmo calor.

NIÑO LECTOR 3: Es que hace sol.

PROFA: Pero mira que os gusta quejaros. Si no hace tanto calor. En manga corta se está bien.

NIÑO LECTOR 4 MUY INDIGNADO: ¡Sí que hace calor! ¡Mira! ¡En el periódico pone "Madrid: sol"!

Lo peor es que los niños no entendieron mi ataque de risa...

lunes, 6 de junio de 2011

Dibujos inquietantes

En la clase de los niños mayoritariamente monos (a los que ya no doy clase; ya hablaré de los nuevos) raro era el día que no venía uno y me daba un dibujo. Ya he publicado un par de ellos y coincidiréis conmigo en que son dibujos agradables, felices, hechos con la mejor de las intenciones. Hoy, ordenando papeles, he encontrado un dibujo cuanto menos curioso:



Francamente, me da mucho miedito. Esa especie de nubes bizcas con dientes afilados esgrimiendo armas blancas y contundentes y ese personaje cayendo al vacío mientras grita angustiado... no sé qué significa. Y prefiero no saberlo.