jueves, 4 de agosto de 2011

De vuelta

Una de mis escasas lectoras me preguntaba en un comentario a la entrada anterior qué iba a hacer ahora con el blog, estando retirada temporalmente de la docencia. En principio tenía idea de colgar dibujos y moneces que han ido saliendo cuando he hecho limpieza de mi cartera y poner alguna anécdota menor. Peeero...

Me las prometía muy felices en agosto: nada de trabajo en ningún sentido. Sin embargo, mi suegra se encargó de encontrarme un alumno. Su vecino de arriba lleva cuatro para septiembre, entre ellas inglés, y luego tiene el examen de selectividad. O PAU, como dicen ahora (a este paso voy a sonar tan rancia como mis padres cuando hablaban de la reválida). Así que ahí estoy, tratando de prepararlo para dentro de un mes. Teniendo en cuenta que el chaval no tiene demasiadas ganas de estudiar (ya me saltó hace dos días con un "el jueves no") y que se dispersa fácilmente, creo que el milagro no va a suceder. Pero como me pagan por intentarlo, pues eso... lo estoy intentando.

Recopilé exámenes de selectividad de años pasados y me presenté en su casa con uno facilito para ir viendo qué necesita practicar. Él me había dicho que le faltaba vocabulario. Yo me imaginé que sería algo más. "Algo", qué ingenua.

Pongamos que el texto es el cuento de Caperucita. Le digo que lo lea y que me cuente, en español y con sus palabras, lo que dice el texto. Respuesta:

"Pues es una señora que se llama Caperucita o algo así, que vive con su abuelita y tiene un lobo de mascota, y entonces un día hace pasteles, va por el bosque, invita a un cazador a té con pastas, se van al campo de tiro vestidos con un camisón y ya no he entendido lo del último párrafo".

Triple Facepalm...

5 comentarios:

  1. Tú ponle a hacer exámenes de selectividad de otros años a lo bestia, que eso es como los test de tráfico. Que yo iba bien de nivel y en el primero que me dieron para practicar en clase saqué una nota que daba entre penita y vergüenza profunda. Eso sí, luego el día D saqué un 10.

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  2. Esa es la idea, pero con la comprensión lectora y la expresión escritq que se gasta el pavo yo creo que ni peregrinando a Lourdes.

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  3. El consuelo es que seguramente ese chico tampoco lo entendiera si lo lee en castellano.

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  4. De consuelo poco. Eso hace que sea imposible que el chiquillo asimile en inglés lo que no ha asimilado en su propio idioma.

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  5. Es un poco desesperante. Le hice un esquema para que lo siguiera al hacer una redacción y se lo pasó por el forro. Lo de introducción, desarrollo y conclusión sólo le suena a nivel teórico. Por si fuera poco, se quedó corto de palabras y me entregó la redacción en borrador, llena de tachones. No sé yo si habrá mucho donde rascar.

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