martes, 14 de junio de 2011

Niños de los que huir

Hay críos adorables y críos no tan adorables, eso lo sabe todo el mundo. En el grupo que tengo ahora hay muchos de los primeros y algunos de los segundos. Me he permitido el lujo de empezar una serie acerca de niños que pobrecito de ti si te tocan cerca.


EL NIÑO EMPACHOSO

Hará que pierdas toda la paciencia en un tiempo récord. Aunque vayas con la mejor de las intenciones, con una sesión divertidísima preparada, te hayas tomado tres redbulls antes y tengas un buen día porque has comprado un cupón del euromillón que seguro, seguro te va a tocar, el niño empachoso abosorberá toda tu energía en cuestión de segundos. El niño empachoso es reconocible por su tono y cadencia de voz: generalmente pone una voz más aguda que la que usa habitualmente y habla despacio, marcando todas las sílabas y terminando la frase arriba, en interrogante. Así:

N. E.: Proooooofeeeeeee, ¿dóoooondeeeeeeeeeeeeestáaaaaaanmiiiiiisgaaaaaafaaaaaasdeeeeeejaaaaaarriiiiiiipoooootteeeeeeeeer?

PROFA: Las tengo yo guardadas. Como ayer no viniste, te las terminé yo. Están en una bolsa con las demás. Te las daré el último día, cuando hagamos la fiesta de disfraces. Hoy céntrate en terminar tu varita mágica.

Al día siguiente:

N. E.: Proooooofeeeeeee, ¿meeeeeeehaaaaaastraaaaaaíiiiiiiidooooooomiiiiiisgaaaaaafaaaaaasdeeeeeejaaaaaarriiiiiiipoooootteeeeeeeeer?

P: Ya te dije ayer que te las tengo guardadas y que te las daré el último día. Venga, termina tu capa de mago.

Al día siguiente:

N. E.: Proooooofeeeeeee, ¿teeeeeeeehaaaaaaaasaaaaaacoooooordaaaaaaadooooooooodeeeeeeeeetraaaaaaeeeeeeermiiiiiisgaaaaaafaaaaaasdeeeeeejaaaaaarriiiiiiipoooootteeeeeeeeer?

P: Como me lo vuelvas a preguntar un día más, LAS TIRO.

N. E.: Joooooooooooooooooooo, noooooooooolaaaaaaaaaaastiiiiiiiiiireeeeeeeeees.

¡Qué cansancio, por Dios!


EL NIÑO MÁS VAGO QUE LA CHAQUETA'UN GUARDIA

Se va a cansar con cualquier cosa: dar un paso, levantar la mano derecha, pintar una raya, picar con un punzón, recortar... y encima va a tratar de que seas tú, el sufrido profesor, el que le solucione la papeleta. Como muestra un botón: hoy les he dado a todos un folio, una tiza y un montoncito de sal para que la tiñeran. Les he enseñado la "técnica" (ya ves tú) y la mayoría se han lanzado con bastante entusiasmo a la tarea.

P: Que quede bien teñida, que es más bonita cuanto más color tenga.

A los ocho segundos una niña me llama:

NMVQLCUG: Profeeee, ¿me lo haces túuuuuuuu?

P: Ni hablar. Esto es muy fácil. Yo os ayudo a cortar y pegar cosas, pero a esto no, que ya sois mayorcitos.

NMVQLCUG: ¡Joooooooooooooooo! ¡Es que es muy difícil!

P: Venga, qué va a ser difícil. Sigue frotando, como tus compañeros.

A los diez segundos:

NMVQLCUG: ¿Yaaaaaaaaaaaa?

P: Pero si todavía tienes la mitad sin teñir. Mira, aquí hay un montón de sal blanca. Venga, dale a la tiza.

NMVQLCUG: Pero házmelo tuuuuuuu, porfaaaaaaaaaaa.

He de reconocer que con los niños vagos quienes se llevan la peor parte son los niños trabajadores, pero yo ya he pasado la etapa de aprender esas cosas, así que...

P: NiñaTrabajadora, ¿puedes ayudar a NMVQLCUG con su sal?

La niña trabajadora siempre acepta. Es mi salvación.

1 comentario:

  1. El niño empachoso resulta cansino con sólo leerlo. Con especímenes así, no me extraña que antiguamente los castigos físicos estuvieran a la orden del día en los coelgios.

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