lunes, 11 de julio de 2011

El gato

Hace un par de semanas estaba jugando en el patio con los niños y apareció por allí un gato que se había colado de la calle.

NIÑOS: ¡Gato! ¡Gato! ¡Hola, gato!

Por supuesto, el gato no hizo ni puñetero caso. En esto que se me ocurrió vacilar un poco a los críos.

PROFA: Es que los gatos no entienden el español. Tenéis que hablarle en inglés. Hay que decirle "cat, cat!"

NIÑOS: Cat! Cat! Hello, cat!

Casualidades que suceden, el gato vino hacia nosotros. Viendo que iba a ser imposible continuar con la broma (capaces son estos niños de pedirme que el gato hable) decidí volver hacia el interior del cole y dejar que se olvidaran del tema del gato angloparlante.

El caso es que hoy, durante la hora de la piscina, vi que unos cuantos niños se apoyaban en una valla del patio. Me acerqué y pude oír:

NIÑOS: Gat! Gat!

PROFA: Chicos, así el gato no se va a enterar de nada. Tiene que ser "cat", no "gat".

NIÑA 1: ¡Es verdad! Cat! Cat!

NIÑO 1: Pues no viene.

PROFA: No sé qué pasará. Igual no os oye.

NIÑA 1: Este gato no se entera. Le estoy diciendo "cat, let's go!" y ni caso.

NIÑO 2: Cat! Cat!

NIÑA 1: Ya sé lo que pasa. ¡Este gato es sordo!

NIÑA 2: ¡Claro! ¡Como mi abuela!

Yo juraría que se hacía el sordo...

3 comentarios:

  1. Creo que mi enviado especial también es sordo, que mira que intento llamarle por Skype y no me hace ni puto caso.

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  2. Pues ya sabes, dile "cat, cat", a ver si funciona.

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  3. Ná, al final no era sordera, era abandono del portátil en beneficio de la cerveza. Nada que un toque al móvil no solucione.

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