sábado, 12 de febrero de 2011

Razonar, esa cosa tan complicada

El jueves pasado fui a dar clase a los niños grandes y cuando llegué a recogerlos al patio no había ni uno. O estaban todos comiendo, o en el baño, o escondidos. A los cinco minutos llega uno, que se supone que es el mejor:

NIÑO 1: ¡Todavía no son y media!

PROFA: ¡Son y media pasadas!

NIÑO 1: Pero es que mis amigos están jugando al fútbol y yo también quiero.

PROFA: Eso no tiene ninguna influencia sobre el paso del tiempo. Quédate aquí.

Ni que decir tiene que me hizo poco caso y como no venía ninguno de los otros niños, se fue a jugar. Al poco llega una niña que habla con la Z.

NIÑA QUE HABLA CON LA Z: ¡No ez juzto! ¡Hoy ya hemoz tenido ingléz de la claze normal y ahora toca otra vez ingléz! ¡No me parece nada juzto!

PROFA: ¿Y yo qué culpa tengo si en tu horario normal de clase hay inglés el jueves?

NIÑA QUE HABLA CON LA Z: Puez zí, tienez la culpa, porque si tú no eztuvieraz trabajando de profezora de ingléz, a lo mejor no teníamoz claze hoy.

PROFA: Ah, vaya. Pues mira, hacemos una cosa: tú me pagas el alquiler y me das de comer, y yo desaparezco.

La niña que habla con la Z se queda pensando un rato.

NIÑA QUE HABLA CON LA Z: Puez entonzez cambia de trabajo, azí ganaz dinero en otro zitio y nozotroz noz libramoz de la claze de ingléz.

PROFA: ¿Y crees que si me voy yo no va a venir otro profe?

NIÑA: Puez que eze otro profe ze buzque otro trabajo.

Impresionante. Algún día esta niña nos gobernará a todos.

1 comentario:

  1. La niña que cecea apunta maneras. Ten cuidado, creo que la Sinde empezó así.

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