viernes, 4 de marzo de 2011

Otra de padres

Definitivamente, la parte más fea de la docencia es el trato con los padres. A veces incluso eclipsa la parte buena, porque muchos son de lo que no hay. Esta semana he tratado con un par de progenitores diametralmente distintos:

MADRE ENCANTADORA, COMPRENSIVA Y COLABORADORA A LA QUE LE GUSTARÍA PODER AYUDAR: la señora ve que su hija no lleva deberes a casa y que el examen que les hice le salió bastante mal. Hablo con ella, le digo que su niña se distrae y se despista mucho, pero que sabe más de lo que puede parecer. Me pide que le ponga deberes para casa, porque ella ayuda a la niña con la tarea. Cuartito de hora de agradable charla con una madre que se preocupa por su hija, y quedamos para charlar la semana que viene.

PADRE OCUPADÍSIMO Y SIN P... IDEA DE DIDÁCTICA QUE PRETENDE QUE LOS PROFES HAGAMOS MILAGROS: llama justo cuando va a empezar la clase y me quita 20 minutos, eso para empezar. Trato de quedar con él en otro momento pero se niega porque hasta no sé qué hora no sale de trabajar, y a veces más tarde. Le propongo una entrevista aunque sea fuera de mi horario y tampoco acepta. Me dice que su hija no aprende nada porque él le pregunta cosas y ella no sabe decirle nada. Cuando le digo que su hija se pasa el día dibujando y jugando y que no presta atención, me dice, ojo, que eso es normal porque la niña se levanta a las 7 de la mañana y a esas horas lo único que quiere es pasar el rato. Caballero, llévela entonces a una ludoteca, ¿no?Por otra parte, me critica que llevemos dados sólo 13 temas del libro (cada tema son 3 ó 4 sesiones, y una vez a la semana viene una lectora a dar clases de conversación). Le digo que vamos a un ritmo normal, que se podría mejorar pero que los niños son muy pequeños y necesitan que se les repitan muchas cosas. Y ahora es cuando viene lo mejor de todo: me pide que no le ponga deberes para casa porque ya tiene mucho, y que todo lo que haya que practicar se practique en clase. Todo esto preguntándome, de vez en cuando, si considero oportuno que la niña siga yendo a clases. Pero alma de cántaro, vale que la niña no sea especialmente brillante, pero no seré yo quien diga que se vaya del grupo, más que nada porque eso es lo que vulgarmente se conoce como "tirar piedras sobre mi propio tejado".

¿En qué quedamos? ¿Pongo deberes para contentar a una madre o no los pongo para contentar a un padre? ¿O quizá sea mejor mandarlos al cuerno? Comenten, comenten como si no hubiera mañana.

1 comentario:

  1. Mándalos al cuerno y haz lo que te dé la gana. Total, se van a quejar igual.

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