jueves, 17 de marzo de 2011

Precocidad

Ayer a eso de las 9 de la noche me suena el teléfono.

PROFA: ¿Sí?

JEFA: Oye, ¿puedes hacerme una susti mañana a las 8:30?

PROFA: ¿Dónde?

JEFA: En el cole X. Es de guardería, no tienes que prepararte la clase.

PROFA: Muy bien.

Así que ahí me he plantado hoy para cuidar a los niños que van a Madrugadores en un cole en la otra punta de Madrid. La primera en la frente, según entro viene una cuidadora y me saluda.

PROFA: Vengo de la empresa X a sustituir a alguien que falta hoy...

CUIDADORA: Aaaah, creí que eras una madre.

PROFA: Are you fuckin' kiddin' me?

No es esta anécdota por la que este post tiene el título que tiene. Biológicamente, a mi edad ya podría tener hijos adolescentes. Pero no. El caso es que me han llamado la atención varias cosas:

- Niños de 10 años jugando con cartas de Magic. Ahí, frikeando desde críos.

- Niños de 8 años en medio de una timba de póker. Faltaba el whisky, el humo de los puros, una lámpara a escasa distancia de la mesa y unos cuantos mafiosos. Creo que se estaban apostando cromos de fútbol.

- Niños de 6 años jugando al ajedrez con cara de tremenda concentración.

- Niño de 4 años candidato a colleja. Al crío no se le ocurre otra cosa que pintarrajear la mesa con una cera, así que fui a echarle la bronca correspondiente:

PROFA: Pero bueno, ¿por qué has pintado la mesa? ¿Es que no puedes pintar en el papel?

NIÑO: Ya, pero es que nosequién me ha quitado el papel.

PROFA: Pues se lo pides y que te lo devuelva, o me pides a mí otro. En la mesa no se pinta porque luego tiene que venir alguien a limpiarlo, y le estás dando mucho trabajo.

NIÑO: Bueno, entonces que le paguen más.

A mí los razonamientos como ése me vencen, qué quieres que te diga.

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